07/09/10
Sindicatos franceses ponen a prueba reforma de Sarkozy
Los sindicatos franceses comenzaron el martes una prueba de fuerza con paros y manifestaciones en todo el país contra la impopular reforma de las pensiones que el presidente Nicolas Sarkozy dice está decidido a implementar.
Los dirigentes sindicales esperan sacar a unos 2 millones de personas a la calle en manifestaciones en todo el país durante el día, parar hospitales y colegios, y provocar cortes en el tráfico aéreo y ferroviario.
François Chereque, líder del sindicato CFDT, declaró a la radio RTL que el Gobierno estaría desacertado si ignora lo que se espera sea "la mayor asistencia (a las manifestaciones) en una década".
"Después de hoy estará en manos del Gobierno. Si ellos quieren que las cosas mejoren deberían venir con propuestas (de cambios a las reformas)", dijo el líder sindical, añadiendo que no debería descartarse una huelga general si la situación empeora.
Los analistas dijeron sin embargo que si los sindicatos logran una masiva presencia en las calles el martes, es improbable que puedan prolongar el día de protestas en un movimiento huelguista de largo plazo capaz de obligar al Gobierno a dar marcha atrás.
Según los sondeos, dos tercios de los votantes creen que el plan de Sarkozy de retrasar la edad de jubilación de los 60 a los 62 años y alargar el periodo de trabajo para recibir una pensión es injusto y apoyan la huelga, pero dos tercios también piensan que la jornada de paros no tendrá consecuencias.
"Nunca en la historia de encuestas el pueblo francés ha estado tan convencido de que hay una injusticia social", dijo el analista político Roland Cayrol, de la universidad de Ciencias Políticas de París.
El Gobierno conservador dice que la reforma es esencial para equilibrar las cuentas de la Seguridad Social para el 2018, reducir el déficit público y mantener la calificación máxima AAA de Francia ante las agencias de calificación.
Se espera que las huelgas fuercen la cancelación de la mitad de los servicios ferroviarios y de metro, así como los vuelos de corta distancia de Air France y el 25 por ciento de los vuelos a París de otros operadores, además de cerrar muchos colegios.
Las huelgas cortaron los servicios de tren en un 50 por ciento pero no tuvo impacto en los servicios internacionales. Los servicios de metro también sufrieron por los paros, aunque menos que lo que se temía previamente, de acuerdo a la compañía de transporte urbano de París RATP.
Docenas de manifestaciones callejeras estaban programadas en las principales ciudades por la mañana, y por la tarde habría una marcha en París.
El malestar sindical se hace eco de medidas similares adoptadas en otros países europeos contra los planes de austeridad impuestos para reducir los déficit presupuestarios engordados por la crisis económica de 2008-9.
En España hay una huelga general convocada para el 29 de septiembre, mientras que ya se han celebrado otras en Grecia, Italia y Rumania en contra de los dolorosos recortes salariales a los funcionarios y en el gasto público.
En la víspera de la que podría ser la mayor protesta en el país desde que Sarkozy llegó al poder en el 2007, varios ministros insistieron en que los principios clave de la reforma de las pensiones no son negociables.
Pero apuntaron a posibles concesiones en cuestiones secundarias, como la jubilación anticipada para aquellos con trabajos más físicos o que empezaron a trabajar más pronto.
La mayoría de las grandes economías europeas tienen una edad oficial de jubilación de 65 años, y algunos, como Alemania, España y Gran Bretaña, tienen previsto retrasarla gradualmente hasta los 67 o más allá.
Pero la edad efectiva de jubilación en Francia es similar a la de sus vecinos, según la Organización Económica para la Cooperación y el Desarrollo.
¿PRESIDENTE PARA LOS RICOS?
Con los niveles de aprobación de Sarkozy cerca de mínimos históricos, sus dos principales asesores insinuaron el domingo que podría modificar un "escudo fiscal" ampliamente criticado y aprobado para asegurar que los más ricos no pagan en impuestos más que el 50 por ciento de sus ingresos.
Claude Gueant, su jefe de gabinete, declaró en la emisora Europe 1 que en contra de algunas percepciones públicas, Sarkozy "no es en absoluto el presidente de los ricos".
Mientras se produzcan las manifestaciones callejeras, el ministro de Trabajo, Eric Woerth, golpeado por un escándalo sobre supuestos conflictos de intereses y donaciones políticas ilegales, presentará su reforma a las pensiones en el parlamento, que aprobaría la ley el mes próximo.
Sarkozy ha apoyado a Woerth a pesar de las revelaciones sobre sus vínculos con la mujer más rica de Francia, la heredera de L'Oreal Liliane Bettencourt, y el gestor de sus fondos, Patrice de Maistre. El ministro ha negado haber cometido cualquier ilegalidad y se ha negado a dimitir.
Sin embargo, el escándalo ha debilitado su posición y ha alimentado las protestas contra la ley de las pensiones, considerada la reforma insignia de Sarkozy y la plataforma de lanzamiento para las elecciones del 2012, en las que intentará ser reelegido.
Francia tiene una larga tradición de protestas sindicales, aunque solo el 10 por ciento de sus trabajadores, la mayoría en el sector público, está afiliado.
En 1995, un movimiento de protesta obligó al entonces presidente Jacques Chirac a abandonar una propuesta de reforma de las pensiones y de la sanidad, y en 2006 los estudiantes lograron acabar con un contrato que preveía salarios bajos para los jóvenes.
Pero el ánimo ha cambiado, ya que muchos aceptan la idea de que una mayor expectativa de vida y unas finanzas públicas más débiles hacen inevitable retrasar la edad de jubilación. (Reuters)