13/04/21
La ley secreta del tren Budapest – Belgrado
El Tribunal de la Capital desestima que se deba hacer público el préstamo millonario con un banco chino
Un trabajador en Belgrado, donde se reconstruye la línea ferroviaria con Budapest con la intervención china.
AP
El Tribunal de la Capital ha desestimado la denuncia contra la ley que impide hacer público el préstamo millonario para la rehabilitación del tren Budapest – Belgrado.
En septiembre pasado, Szél Bernadett presentó una denuncia contra el Gobierno para que muestre las condiciones del préstamo de 640 mil millones de forintos (unos 2 mil millones de euros) que el Gobierno tramitó con el Exim Bank of China para las obras del tren Budapest – Belgrado.
Szél Bernadett es una diputada nacional independiente, que hizo sus primeros pinitos en el Partido Humanista y después en el LMP, uno de los partidos que heredó los votantes del Partido Liberal en 2010 después de la hecatombe del Partido Socialista en alianza con los liberales.
Actualmente va por libre y es un personaje bastante contestatario. Ahora dice que va a presentar la apelación al Tribunal Constitucional y si tampoco no funciona, al Tribunal de Estrasburgo.
El tramo ferroviario en cuestión, el número 150, va desde la frontera serbia en Kelebia hasta Budapest. Son 166 kilómetros"
La rehabilitación implica poner dos carriles en lugar de uno que hay ahora y mejorar las vías para que puedan aumentar la velocidad hasta 160 km/hora. Los trenes de carga van en Hungría ahora a 70 km/hora. En teoría después irían a 120.
Esperan terminar la obra en 2025. Y el valor total de los trabajos son 750 mil millones de forintos, de los cuales el 85% lo financia China.
Este marzo pasado el Congreso votó una ley por la cual el proyecto adquiere carácter de prioridad nacional. Esto les sirve para modificar y reagrupar conceptos del presupuesto nacional y para acelerar las expropiaciones.
Trabajadores y funcionarios aguardan en Belgrado la ceremonia de reconstrucción de la línea ferroviaria entre Budapest y Belgrado, en un acto realizado el martes 28 de noviembre de 2017.
AP Photo/Darko Vojinovic
La oposición, aparte del secretismo, se queja de un par de cosas más. Por ejemplo, que una vez más la obra se la concedieron a Mészáros Lőrinc, amigo y empresario por excelencia de Orbán Viktor, ganador de los concursos más importantes (por ejemplo, las obras de ampliación de la Central Atómica Paks II o la fusión del MKB y el Budapest Bank) y el hombre más rico de Hungría, según la revista Forbes.
Para hacerlo más puntual, la obra la ganó un consorcio formado por una empresa de Lőrinc, RM International y otras dos chinas, Tiejuju y China Railway Electrification.
Además, dicen que la inversión tardará una infinidad de años en recuperarse, y que sobre todo sirve a los intereses chinos de hacer llegar más rápido sus productos al resto de Europa.
Explican que no pasa por ciudades importantes, ni por el aeropuerto, aunque tienen que reconocer que sí lo hace por el BILK, el Centro Intermodal de Logística del distrito XXIII de Budapest. (La Vanguardia)