26/09/19
Los “trenes solares” como alternativa al avión
La conciencia medioambiental va en alza y parece que una movilidad responsable va tomando tierra
Según el reciente estudio realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Fund), un 23 % de la población sueca renunció a volar para reducir las emisiones de CO2 en 2018. Y, de hecho, en lo que va de año, el número de pasajeros en los aeropuertos suecos ha bajado un 8 %.
Este hecho está directamente relacionado con el “fenómeno flygskam”; un movimiento ecologista que pretende concienciar a la sociedad de lo dañinos que son los desplazamientos aéreos para el medioambiente frente otros medios de transporte. La palabra sueca “flygskam” se traduce como “vergüenza de volar” y fue el atleta olímpico Björn Ferry quien originalmente introdujo este término. De todos modos, esta palabra ganó su momentum cuando la madre de la activista Greta Thunberg, la cantante de ópera Malena Ernman, anunció públicamente que dejaría de volar en avión.
Paralelamente al “fenómeno flygskam”, encontramos otro término sueco que significa "orgullo de viajar en tren", llamado “tagskryt”. Este concepto consiste en promover los viajes y desplazamientos en tren principalmente a través de redes sociales, utilizando la etiqueta #StayOnTheGround (permanece en el suelo) y #Tagskryt, donde los usuarios comparten fotografías de sus viajes ferroviarios.
Otra de las iniciativas lanzadas recientemente para concienciar a la sociedad del daño ambiental causado por los vuelos domésticos es la plataforma virtual Flight2fart Converter. Esta herramienta permite visualizar y a la vez realizar el cálculo de nuestra huella de carbono donde se calculan las emisiones de CO2 generadas por un pasajero en su desplazamiento en avión. Lo interesante de esta plataforma es que los resultados pueden compararse con las emisiones de CO2 generadas realizando el mismo desplazamiento utilizando otros medios de transporte, o su equivalencia haciendo otras actividades como los minutos de consumo de agua caliente, el envío de correos electrónicos, el número de hamburguesas consumidas... Cabe mencionar que el cálculo en esta página utiliza los factores de emisión del gobierno británico (UK Gov CO2 e por Km para la aviación).
Pero, una de las alternativas para reducir la huella de carbono es la incorporación de los trenes que funcionan con energía solar. En Australia, el Byron Bay Solar train, con un recorrido de poco más de tres kilómetros, fue el primer tren promovido por la organización sin ánimo de lucro Byron Bay Railroad Company la cual recuperó una antigua vía férrea y un puente en desuso para unir los dos centros de la bahía a través de un “tren solar”. Este tren solar opera con un único convoy de dos vagones y previamente se impulsaba con motor diésel. En la actualidad, el tren funciona únicamente con energía solar a través de paneles fotovoltaicos incorporados en el mismo convoy, así como baterías para funcionar íntegramente con energía solar.
La India fue también otro de los países en incorporar los trenes solares, un proyecto promovido por las compañías Indian Railways Organization for Alternative Fuels (IROAF) en conjunción con Integral Coach Factory. Tal y como se menciona en el vídeo promocional, la incorporación de trenes solares en el país plantea ahorrar veintiún mil litros de diésel al año y reducir por nueve toneladas las emisiones de CO2, por tren, por año. Hoy en día, la India tiene más de 250 trenes que se suministran únicamente con energía solar que funcionan gracias a dieciséis placas fotovoltaicas colocadas encima de cada convoy. Sin embargo, debido al peso de los paneles en la cubierta de los trenes, ya hay planes para desarrollar distintas granjas solares en distintos puntos del territorio para poder reducir el consumo innecesario de energía y alivianar el peso en la cubierta de cada convoy.
Bélgica fue uno de los países pioneros en Europa en introducir los trenes movidos por energía solar en 2011. Y, recientemente, un proyecto similar ha surgido en el Reino Unido con el fin de poder buscar alternativas de transporte limpias y reducir las emisiones de CO2.
Así es como nace el proyecto Riding Sunbeams con la idea de impulsar la primera línea de tren que funcione únicamente con energía solar. Este proyecto lo promueven 10:10 –un organismo independiente que lucha por la emergencia climática–, Community Energy South y Network Rail – la operadora nacional ferroviaria– junto con distintas universidades como Imperial College London y otras compañías eléctricas como Turbo Power Systems.
Lo más interesante es que este proyecto nace con el objetivo de eliminar por completo el diésel en todos los trenes y tranvías que se desplazan por el territorio británico y, a la vez, apuesta por potenciar las granjas solares y las operadoras ferroviarias para no depender de subsidios públicos.
Recientemente se ha lanzado la prueba piloto en el trayecto que realiza Network Rail en Wessex. La granja solar que alimenta esta línea de tren está situada en la localidad de Aldershot, a unos sesenta kilómetros de Londres. Son unas cien placas fotovoltaicas las encargadas de suministrar la energía renovable para alimentar tanto la señalización como las luces en todo el recorrido ferroviario. De todos modos, esta granja solar en Aldershot ya alimentaba con energía solar la estación de Blackfriars, en Londres, aunque no como fuente única de electricidad.
El equipo investigador detrás del proyecto Riding Sunbeams ya ha estimado que, en un futuro, la energía solar podría alimentar en un 20 % la línea Merseyrail Network en Liverpool y un 15 % de las rutas en las cercanías de Kent, Sussex y Wessex.
Todas estas iniciativas y proyectos demuestran que hay ambición para buscar energías limpias y sostenibles para no depender de los combustibles fósiles. ¿Pueden ser los trenes solares una de las alternativas a la movilidad convencional? (El País)