05/06/17
Un viaje por Suiza a bordo del tren cremallera más empinado del mundo
La pequeña, reservada y neutral Suiza guarda en su interior excepcionales parajes naturales que afortunadamente están al alcance de la mayoría, sin importar edad o condición física. El encrespado territorio suizo está recorrido por una amplia red ferroviaria que consigue asomarse a algunas de sus maravillas más impactantes. Un ejemplo es el tren que asciende hasta el monte Pilatus Kulm (2.073 metros sobre el nivel del mar) en un recorrido de prados exuberantes y rocosas montañas.
Este itinerario, que une la localidad de Alpnachstad con el monte Pilatus, ha sido bautizado como el ferrocarril de cremallera más empinado del mundo gracias a que asciende por una pendiente del 48%. Este tipo de trenes utilizan una rueda dentada que se acopla mecánicamente a un riel equidistante a los rieles habituales en los instantes en que la pendiente supera el sistema de adherencia entre carril-rueda.
Esta red ferroviaria, que data de 1889, cuenta con una extensión de 4,6 kilómetros que el convoy recorre en unos 40 minutos. Su construcción corrió a cargo de unos 600 obreros que consiguieron terminar la obra en unos 400 días laborales. El tren fue creado por el ingeniero suizo Eduard Locher que da nombre precisamente al tipo de engranaje que utiliza este sistema. Y los vagones, aunque restaurados, han mantenido su lustrosidad a los largo del tiempo porque de los 10 coches del servicio ocho son del año 1937 y dos de 1967.
Este itinerario, que solo se realiza de mayo a noviembre debido a la climatología, tiene como premio alcanzar el monte Pilatus que en los días claros ofrece una vista de hasta 73 cumbres alpinas. Además, este servicio ferroviario se ha incluido en el Swiss Travel Pass, un servicio que da la posibilidad de utilizar toda la red de trenes, carreteras y navegación suiza de manera ilimitada. (el economista)