10/04/17
El tren de Lenin sale cien años después de nuevo de Zúrich rumbo a Alemania
El 9 de abril de 1917 una treintena de camaradas bolcheviques se subió en Zúrich a un tren para atravesar Alemania rumbo a Petrogrado, en un viaje que duró una semana y que les llevaría desde la tranquila Suiza al escenario de la revolución rusa. Entre ellos se encontraba Vladímir Ilich Uliánov, Lenin.
El vagón con los revolucionarios rusos partió hace cien años a las 15.05 hora local (13.05 GMT) de Zúrich a Schaffhausen, ciudad fronteriza con Alemania, un trayecto que hoy volverá a recorrer un tren histórico del mismo tipo y a la misma velocidad que entonces.
Durante el viaje se escenificará la obra de teatro "Zúrich-Petrogrado solo de ida", dentro de un programa más amplio que incluye la exposición "La revolución de 1917. Rusia y Suiza" y la lectura de textos en torno al regreso de los exiliados rusos en el Museo Nacional de Zúrich.
El histórico viaje, que permitiría a Lenin llegar al poder tras la Revolución de Octubre, fue preparado con la máxima cautela e intensas negociaciones a través de una red de contactos que llegó desde Berna a Suecia y que, en un primer momento, fue tejida por el consejero federal Arhur Hoffmann sin el conocimiento de los otros miembros del Gobierno y por el diputado socialista Robert Grimm.
La idea era preparar el regreso de los rusos en el exilio, pero el objetivo final era influir en un acuerdo de paz entre Alemania y Rusia. Sondearon a Alemania para averiguar si el káiser estaba dispuesto a dejar pasar el tren con los revolucionarios.
En Suiza había entre 500 y 600 revolucionarios rusos, que vivían en Ginebra, Lausana, La Chaux-de-Fonds, Berna, Zúrich y Davos, entre otras ciudades, explicó a Efe la profesora Julia Richers del departamento de Historia de Europa oriental de la Universidad de Berna y corresponsable junto a sus colegas de las universidades de Zúrich y de Basilea del programa que rememora el "tren de Lenin".
Lenin vivió durante la primera parte de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) en Berna y a principios de 1916 se mudó a Zúrich.
Ya había vivido en Suiza, en Ginebra, en los años 1900, e inicialmente era su destino preferido cuando volvió al país alpino, pero "se le desaconsejó porque, entre otras cosas, había demasiados espías" en la ciudad de Calvino, señaló Richers.
En Zúrich pasó mucho tiempo en bibliotecas, leía material revolucionario y trabajó en discursos y textos propios.
Tras el estallido de la Revolución de Febrero de 1917, que provocó la abdicación del zar Nicolás II y supuso la instalación de un Gobierno provisional, "todos los revolucionarios querían regresar. La pregunta solo era cómo", explicó.
El camino para el regreso de los revolucionarios lo allanó finalmente el socialista suizo Fritz Platten. Organizó el viaje y les acompañó en el tren.
El tren de Lenin, en contra de lo que se suele asegurar, no estaba sellado, asegura Richers.
"Fue un rumor que se difundió a propósito" para que en Rusia quedara claro que los alemanes no podían entrar en contacto con los revolucionarios, lo que habría supuesto su fin, explicó.
Lo que sí hubo fue un sellado simbólico. "Platten dibujó con tiza una línea en el vagón de los revolucionarios para indicar que a partir de allí los alemanes no tenían acceso", afirmó.
Los alemanes intentaron contactar regularmente con los revolucionarios, pero Platten lo impidió, relató Richers.
En el vagón de al lado viajaron dos oficiales germanos.
El tren fue declarado zona extraterritorial al pasar por Alemania, que aceptó la propuesta de Platten con la esperanza de que el regreso de los revolucionarios fomentaría más el caos en el territorio de su enemigo y, en caso de un acuerdo de paz, sus tropas podrían centrar sus esfuerzos bélicos en Francia y Gran Bretaña.
Los revolucionarios pasaron de Alemania en barco a Suecia y desde allí seguían hasta el norte de Finlandia para llegar a Petrogrado, hoy San Petersburgo.
A su llegada, Lenin y el resto de revolucionarios fueron recibidos con euforia por sus camaradas bolcheviques, pero "no tanto por otros revolucionarios no bolcheviques y críticos" con ellos, señaló Richers.
Éstos les dijeron a Lenin y a sus camaradas: "Esperamos que colaboréis con nosotros", indicó la profesora.
La Revolución de Octubre que acabó con el Gobierno Provisional llevó al poder a los bolcheviques liderados por Lenin, y en diciembre se produjo un armisticio por el que Rusia cesó las hostilidades.
El objetivo de los mediadores suizos que prepararon el regreso de Lenin a Petrogrado y el de Alemania estaban conseguidos. (EFE)