18/08/16
Por qué los trenes de Estados Unidos son tan lentos y caros en comparación con los de Europa
Un viaje en tren desde Washington DC hasta Nueva York cuesta por lo menos 50 dólares y dura tres horas y media. Un trayecto similar en Europa, entre Rennes y París, cuesta 30 dólares y dura dos horas. ¿Por qué los trenes de Estados Unidos son tan lentos y caros en comparación con los de Europa?
Por un puñado de razones, como explica Wendoverproductions en su último vídeo. La primera es que los estadounidenses no usan tanto el tren:
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En Estados Unidos, un país de 319 millones de habitantes, la red estatal interurbana de trenes de pasajeros opera 300 trayectos al día.
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En Francia, un país de 66 millones de habitantes, la red homóloga opera 14.000 trayectos de tren al día, de los cuales 800 son de alta velocidad.
Parte del problema se reduce a la conveniencia. Las ciudades estadounidenses no están tan próximas entre sí como las de Europa. Los trenes resultan más convenientes que los aviones cuando las poblaciones se encuentran a 300-500 kilómetros, pero en Estados Unidos eso solo es cierto si vives en el noreste, en la costa oeste o en Texas. Las otras grandes ciudades están demasiado dispersas.
Además, a diferencia de Europa, la mayoría de las ciudades de Estados Unidos no están pensadas para transitarse a pie. Las personas tienen que tomar alguna otra forma de transporte, como un autobús o un taxi, para llegar hasta la estación ferroviaria y subirse al tren —y ocurrirá lo mismo en la ciudad de destino. En este sentido, las estaciones de tren y los aeropuertos están igualados, así que muchos estadounidenses prefieren el avión.
Hay un detalle más. Amtrak, la red de trenes de pasajeros de Estados Unidos, es una empresa subvencionada por el gobierno, pero diseñada para obtener beneficios. En SNFC, la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses, todos los pasajes están subvencionados al 50% por los contribuyentes.
Esto explica la diferencia de precio entre Europa y Estados Unidos, ¿qué hay de la lentitud? No solo existen muy pocos trenes de alta velocidad en Estados Unidos: los que hay suelen llegar tarde. De media, solo el 72% de los viajes de Amtrak son puntuales. La cosa empeora en la ruta de Chicago a San Francisco: en junio de 2016, únicamente el 31% de los trenes llegaron en hora.
Esto tiene que ver con los trenes de mercancías y la propiedad de la red ferroviaria. Amtrak posee tan solo 1.200 kilómetros de vía de los 34.300 kilómetros en los que opera. El resto de la red se la reparten empresas como Union Pacific y BNSF, que dan prioridad a sus trenes de mercancías (los de Amtrak tienen que esperar a que estos pasen para reanudar la marcha).
En Europa, este problema no existe. En el caso de España, ADIF administra toda la red ferroviaria, que es utilizada principalmente por Renfe (la única operadora de pasajeros). En Francia ocurre lo mismo, de manera que se le puede dar la prioridad a los trenes de pasajeros. Pero además en Europa solo el 8% de la mercancía se transporta en tren, frente al 38% de Estados Unidos. Las vías europeas están menos congestionadas que las estadounidenses.
En cuanto a los trenes de alta velocidad, el modelo del AVE español o el TGV francés es difícil de adaptar en Estados Unidos, por no decir imposible. El lugar perfecto para construir una línea de este tipo es el Corredor Noreste, que une ciudades como Washington DC, Filadelfia, Nueva York y Boston.
Paradójicamente, son áreas donde el ferrocarril tuvo un impacto tan grande en el siglo XIX que hoy en día están muy densamente pobladas y no tienen espacio abierto entre ellas. Se estima que construir una red de alta velocidad entre Washington DC y Boston supondría una inversión de 151.000.000.000 dólares, una cifra que zanja el debate. [Wendoverproductions]