01/08/16
El Papa fue en tranvía a la Jornada Mundial de la Juventud
En otro de sus ya tradicionales gestos, Francisco viajó en transporte público durante su visita a Polonia. Eligió un tranvía de alta eficiencia ecológica, un guiño en el sentido de su conocida conciencia medioambiental. El tranvía se expande en todo el mundo menos en Buenos Aires.
El Papa Francisco tomó ayer una decisión de transporte muy poco inocente para trasladarse desde el arzobispado de Cracovia hasta el parque de Blonia de esa ciudad polaca, donde se celebra por estos días la Jornada Mundial de la Juventud. En lugar del tradicional Papamóvil eligió hacerlo en transporte público y en particular en un tranvía, uno de los medios con mayor eficiencia energética y más respetuoso del medio ambiente.
Francisco se refirió a la conservación del planeta en su más reciente encíclica Laudato si’ y optó por dar una muestra de consecuencia al mobilizarse en el tranvía, una unidad de reciente fabricación de la serie Krakowiak especialmente pintada para la ocasión. El Santo Padre compartió viaje con otros pasajeros, puesto que se trató de un servicio regular. No es el primer contacto de Bergoglio con el transporte público: en Buenos Aires era asiduo usuario de la línea A del Subte.
La empresa municipal de transporte de Cracovia adquirió recientemente 36 tranvías Krakowiak al fabricante polaco PESA. Cada unidad tiene capacidad de transporte para 300 pasajeros y una longitud total de 42,8 metros, lo que los convierte en los más largos de Polonia. Las unidades cuentan con piso superbajo, rampa para discapacitados, espacio para bicicletas y equipaje, aire acondicionado, sistema de información al pasajero, máquina expendedora de boletos a bordo –es posible pagar con tarjeta– y puertos USB para carga de dispositivos móviles.
Cumplen además con todas las directivas medioambientales de la Unión Europea para reducir la huella de carbono del transporte, una normativa que está llevando a muchas ciudades del Viejo Continente a renovar y potenciar sus redes tranviarias.
Cracovia es sólo una más entre las múltiples ciudades polacas, como Varsovia o Gdansk, que cuentan con una extensa red de tranvías. Los antiguos estados socialistas de Europa del Este fueron asiduos promotores de ese medio de transporte, barato y masivo: Moscú, Berlín Oriental y Praga conservan extensas redes de servicios tranviarios.
Pero también Europa Occidental avanza fuertemente hacia la recuperación del tranvía. Ámsterdam fue pionera, ya a partir de los años 70, en comenzar a revertir la primacía del transporte automotor. Incluso ciudades que los habían eliminado prácticamente por completo, como París, Londres o Madrid, han inaugurado distintas líneas nuevas en los últimos 15 años. En otras, como Roma o Milán, a una lenta decadencia siguió un resurgimiento.
En América Latina, donde los sistemas de ómnibus de tránsito rápido (BRT) se impusieron como solución rápida y económica para países en vías de desarrollo, varias ciudades comienzan a moverse hacia el transporte guiado. Bogotá, Quito y Curitiba, ciudades emblema del BRT, trabajan en la construcción de sistemas de metro. Por su parte, Medellín inauguró un moderno tranvía el año pasado y en junio de este año fue el turno de Río de Janeiro. La municipalidad de Río aspira a reducir en un 66% la cantidad de ómnibus y en un 15% la de automóviles que ingresan al centro.
En Buenos Aires, el futuro viaja en colectivo. El ingeniero argentino César Cano, a cargo del proyecto de Río, opinó que “En vez de los BRT (Metrobús) que hay en la Nueve de Julio se podría haber hecho este transporte sobre rielesmucho menos contaminante y más seguro”. Pero el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta dejó claro que la prioridad excluyente es el Metrobús. Y en una entrevista televisiva de hace dos años el presidente Macri hizo patenteque, en la visión del PRO, los carriles exclusivos son una solución superior.
Además de suspender de hecho el plan de extensión de la red de subterráneos, el Gobierno de la Ciudad acaba de anunciar que serán levantadas las vías del tranvía de Puerto Madero. Es tan cierto que el Tranvía del Este nunca se convirtió en una opción de transporte real –al menos hasta que el GCBA lo suspendiera en 2012– como el hecho de que jamás se construyeron las extensiones a Retiro y Constitución-Estación Buenos Aires que habrían de convertirlo en tal. (enelsubte)