03/05/16
Cómo sobrevivir en un tren ruso
Si tiene ganas de conocer la Rusia real, la solución ideal es tomar un tren. El viaje va a ser largo, pero tendrá la oportunidad de comprender por qué los rusos son como son. Sin embargo, antes de coger el tren Moscú-Vladivostok, lea esta nota.
1.En Rusia no están acostumbrados a medir la duración de un viaje en horas.
Aquí las distancias son diferentes y la gente cuenta los días de viaje. Por supuesto, hay trenes de alta velocidad, como el Sapsán que tarda cuatro horas en llegar de Moscú a San Petersburgo, pero es un tren de clasebusiness, y la mayoría de los ruso viaja en trenes normales. Si el objetivo de su viaje no es un negocio, sino la propia Rusia, descargue unas cuantas películas y libros en su tableta y póngase cómodo.
2.Es probable que en su tren no haya wifi y solo haya enchufes en el pasillo, debe estar preparado.
Es cierto que Ferrocarriles Rusos promete dotar de wifi a sus trenes, pero nadie sabe cuándo esto ocurrirá. Es mejor que conteste a todos los correos urgentes antes de tomar el asiento. Probablemente cuando el tren se vaya alejando de las grandes ciudades, sus dispositivos electrónicos pierdan la señal.
3.La mayoría de los cupés (compartimiento dentro del vágon) cuentan con cuatro camas.
Normalmente no hay nada de que preocuparse. Por ejemplo, una vez cuando fui en tren de Sochi a Moscú iba acompañado por una señora bastante bebida que afirmaba que era mi hermana.
4. Aparte de los cupés, en Rusia hay vagonesplatskart, que son vagones comunes sin compartimientos privados.
No tienen puertas y paredes divisorias. Son más baratos y solo son recomendados para los aficionados a los viajes extremos: se va a encontrar con bebés llorones, militares retirados, que se llaman “démbel” en Rusia, y grupos de estudiantes ruidosos. Tendrá que olvidarse de una noche tranquila en el tren.
5. Por otro lado, sus compañeros de viaje le dan la oportunidad de ver cómo es Rusia.
Querrán hablar con usted con franqueza. No se asuste y no se oponga: las confesiones en el tren son un fenómeno de la cultura rusa. Probablemente descubrirá que a su compañero de viaje le ha dejado su mujer, le han despedido, su gato ha muerto, no le quiere nadie, y por eso está deprimido y se refugia en el alcohol. Si un ciudadno europeo o estadounidense se encontrase en la misma situación, iría a un psicólogo, pero un ruso coge un tren, se toma un copita de vodka y empieza a contar sus penas a su compañero de viaje. Y como es consciente de que no volverá a ver a su interlocutor, el grado de su sinceridad llega al máximo.
6. Aparte de mantener conversaciones filosóficas sobre la vida, usted no podrá evitar ser invitado a una comida.
La relación “calidad-precio” en los restaurantes del tren deja mucho que desear, por lo tanto los rusos prefieren llevar su propia comida. Una comida estándar para un pasajero del tren son huevos cocidos y pollo. La gente empieza a comer justo cuando el tren arranca de la estación. Y no es porque tengan hambre, se trata de una costumbre. Si le ofrecen algo, debe aceptarlo. En caso contrario, sus compañeros de viaje pueden enfadarse y por la noche van a roncar aun más fuerte.
7. Еn Europa el tren es solo un medio de transporte, pero en Rusia, debido a la duración del viaje, el tren se convierte en una sucursal de casa.
Por eso no debe sorprenderse cuando su compañero de viaje saque de su bolsa un pantalón de chándal y las zapatillas de casa, antes de que arranque el tren. En Rusia la gente quiere viajar con todas las comodidades.
8. Antes, cuando no estaba prohibido fumar en los trenes, támbur (la plataforma que sirve para pasar de un vagón del tren al otro) era un lugar de encuentro.
La gente no solamente fumaba allí, sino también hablaba del destino de Rusia y tocaba la guitarra. Desde hace unos años está prohibido fumar en los trenes, pero si su compañero de viaje ha salido del cupé y no ha vuelto dentro de un rato, lo más probable es que lo encuentre en el támbur.
9. Mención aparte merecen los vasos para el té y los portavasos.
Estos accesorios son tan reconocibles en Rusia como la Plaza Roja y el “Cuadrado negro” de Malévich. Cuando el tren se mueve, los vasos chocan contra los portavasos y producen un sonido peculiar. Imagínese que son cascabeles y entenderá por qué en Rusia hay tanta gente que adora viajar en trenes. Es terriblemente romántico: el sonido de los portavasos, el compañero de viaje bebido que sufre mal de amores, las paradas de cinco minutos para fumar y espacio, espacio... ¡qué espacio se abre al otro lado de la ventana! (ES.RBTH.COM)