02/10/15

 

Los trenes, la insignia británica que se convirtió en pesadilla en pleno Mundial

 

 

Previsiones mal hechas, pasajeros varados, suspensiones inoportunas: de pronto, el campeonato de rugby desató una crisis que ni las excusas de las autoridades pudieron tapar; las críticas de los diarios locales

 

La organización de Inglaterra 2015 debería considerar abrir en la estación de trenes de Paddington una "oficina donde te piden perdón", como sugería Bombita Rodríguez, el personaje de Ricardo Darín en el film Relatos Salvajes.
Con apenas un tercio de la Copa del Mundo de rugby jugada, el servicio de transporte británico, tan afamado por su eficiencia, es criticado por los miles de espectadores y por los propios británicos que viajan a diario. ¿Por qué? Por las numerosas cancelaciones, demoras y falta de previsión ante el récord de turistas (cerca de 400 mil) que vinieron al torneo.
La organización advirtió a residentes y fans de posibles demoras y trenes congestionados. Creó una cuenta de Twitter (@RWC2015Travel) con alertas, notificó a través de Google Maps y hasta recomendó a los trabajadores que viajan a diario "tomarse vacaciones" durante el torneo, pero no fue suficiente.
En casi la mitad de los partidos jugados (10 sobre 22) hubo problemas con los trenes y accesos a los estadios, sobre todo en las ciudades al oeste de Londres, como Cardiff, Gloucester, Birmingham o Leicester. El estadio Millennium fue el más castigado: desde una fila de autos de 13 kilómetros en la autopista M4 que va a la capital galesa, hasta una un pasajero viajando acostado en el depósito de valijas porque no había lugar en el tren.
Luego del gran triunfo de Gales sobre Inglaterra, en Twickenham, los hinchas galeses tuvieron que salir corriendo porque el último tren a Cardiff partía apenas 30 minutos después del final del partido (22.30). Desde la zona de Twickenham hasta Paddington se tarda el doble de tiempo, por lo que miles tuvieron que tomar el último tren a Bristol (23.30) y esperar ¡siete horas! hasta el primer servicio de la mañana hacia Cardiff.
Alun Edwards, galés de 37 años, dijo al diario Belfast Telegraph: "Es ridículo, tuvieron cinco años para planear el torneo. Y sabían que Inglaterra-Gales es un clásico y que miles de galeses vendrían al estadio".
Las entradas superaban las 200 libras en promedio (300 dólares), mientras en la reventa pedían más de £1.000, y los tickets de tren Cardiff-Londres cuestan 43 libras (unos 65 dólares), sólo de ida.
En Gloucester también hubo problemas. Los tucumanos Mario y Esteban lo vivieron el viernes pasado para ver Argentina-Georgia: luego de tomar el tren de las 12.30 en la estación de Paddington, fue cancelado el segundo tramo desde Swindon. El jefe del servicio avisó que por "un inconveniente en las vías" no habría trenes a Gloucester. "¡No! Siempre lo mismo cuando hay rugby.", protestó a su lado Anthony, un analista en sistemas que volvía a su casa en el asiento 26C, delante de los tucumanos.
La empresa Great Western Railway tenía listos dos micros de reemplazo, pero tampoco alcanzaron: cientos de argentinos quedaron a la espera de otros ómnibus. Mario y Esteban igualmente tardaron dos horas en hacer 53 kilómetros por el tránsito y llegaron sobre la hora al estadio de Kingsholm.
Twickenham, la catedral del rugby, recibió una inversión de 76 millones de libras para el Mundial, la mayor parte destinada a pantallas gigantes, iluminación LED y conexión de Wi-Fi. La estación de tren -principal vía de acceso porque no llega el subte- tuvo que cerrar tras el partido inaugural porque un hombre fue golpeado por un tren en movimiento y 80 mil hinchas fueron afectados pasada la medianoche.
Una semana después, en el regreso de Leeds a Londres, donde 33 mil hinchas volvían de ver Escocia-Estados Unidos, hubo demoras de una hora en los trenes. El mismo día, a 40 mil fans les cancelaron el tren de regreso desde Birmingham luego de Australia-Uruguay. Entre semana, de regreso de Gloucester luego de Escocia-Japón, hubo una pelea entre pasajeros por un lugar en un micro de reemplazo por falta de trenes adicionales.
¿Por qué hay demoras y cancelaciones? Según Network Rail, la entidad estatal que administra los trenes en el Reino Unido, las hojas de los árboles al costado de las vías, especialmente en otoño, forman una capa resbaladiza y ponen en riesgo a los pasajeros por las frenadas. Para solucionar esto, tienen 55 trenes "de limpieza de hojas" que trabajan para despejar 35.000 kilómetros de vías en toda la isla.
Las constantes fallas en los servicios durante el Mundial recibieron amplia cobertura en la prensa británica. El diario Daily Mail llegó a pedir la renuncia del jefe de Great Western Railways (GWR), Mark Hopwood, por dejar varados a miles de hinchas tras el clásico Inglaterra-Gales.
En el ojo de la tormenta, GWR tuvo que reconocer que subestimaron la convocatoria de hinchas y, luego de una reunión con la organización del torneo, prometieron más trenes y más espacios para estacionar. "Escuchamos el feedback y vamos a implementar mejoras para los fans", dijo el director del torneo, Stephen Brown.
Aun con mucho rugby por delante, los organizadores ya hablan del mundial más exitoso. Pero no se imaginaron que el récord de hinchas iba a desnudar tantos problemas en una insignia British como son los trenes.

 

Gales-Fiji también tuvo problemas

 

Nuevamente, un partido en Cardiff volvió a tener problemas. Este viernes una persona fue impactada por un tren camino a Cardiff y hubo demoras de 40 minutos para llegar al Millennium a ver Gales-Fiji. Además, se sumó a una protesta de 48 horas de colectiveros en la capital galesa.

 

 


Última actualización Viernes 02-Oct-2015 ---- info@puntaderieles.com.ar / info_punta_de_rieles@yahoo.com.ar