28/04/14
Equivocan la estrategia gobierno y empresarios con Ferromex
Desde el principio era obvio que el presidente municipal Enrique Serrano se retractaría de bloquear el tren que cruza por nuestra ciudad, pues desde el punto de vista práctico y político no sólo carece de una estrategia, sino que incluso era materialmente inviable.
Para los americanos, hombres de negocios y pragmáticos por naturaleza, el asunto de cambiar las vías del tren a Santa Teresa para evitar que siga pasando por media Ciudad Juárez, no deja de ser un mero distractor muy alejado de cómo se puede arreglar el asunto, lo que nos arroja que la idea de bloquear el tren con patrullas sonó desde el origen a vacilada.
Por principio, para los dueños de la Union Pacific no existe problema en recibir sus mercancías en El Paso o en Santa Teresa, en ambos lados tienen intermodal para realizar este tipo de maniobras.
Incluso, dicen quienes saben, que los dueños de la Union Pacific tienen el poder económico y posibilidad legal de hacer la conexión en territorio mexicano, aprovechando que tienen muchos dólares y que el Tratado Trilateral de Libre Comercio lo permite, todo está en que los autoricen a hacerlo.
Pero de allí a quitar su estación en El Paso, Texas, dista mucho, pues allí es donde ellos realizan parte de sus actividades de maniobra y el intermodal que acaban de poner en operación en San Gerónimo es un complemento para redistribuir a cualquier punto de Estados Unidos, o sea, que como se las ponga Ferromex y el gobierno mexicano, la pueden bailar.
Es de este lado, del mexicano, donde se dan los desatinos en una estrategia que busca espectacularidad pero sin mayores resultados por parte del gobierno local y los empresarios, pues si realmente quieren cambiar las vías del tren a Santa Teresa, deben empezar por cabildear el asunto con los dueños de la Union Pacific y el gobierno americano.
Pero incluso antes de esto, deben cabildearlo con el gobierno mexicano a nivel central, que es el que tiene las facultades para autorizar y negociar con los americanos el paso del tren por Santa Teresa, que implica abrir un nuevo puente internacional, que forzosamente requiere la autorización y acuerdo de ambos gobiernos.
Mientras empresarios y gobierno local no sigan el camino adecuado, lo que hagan serán meros desatinos con visos de espectacularidad pero sin resultados concretos, más bien con fiascos como el de dar marcha atrás al bloqueo del tren. (Norte Digital)