29/07/13
El maquinista admitió ante el juez que fue imprudente y queda en libertad con cargos
Durante una declaración de dos horas ante el juez instructor del accidente ferroviario en Santiago de Compostela, el maquinita Francisco José Garzón Amo admitió que hubo imprudencia en su conducta. El magistrado Luis Aláez del juzgado número tres de Santiago dictó su libertad con cargos, le retiró el pasaporte, tendrá la obligación de presentarse cada semana en el juzgado y lo inhabilitó para conducir convoyes ferroviarios. Garzón, 52 años, llegó al juzgado desde la Comisaría Central de Santiago donde pasó la noche en una celda, en medio de un fuerte despliegue de seguridad. Custodiado por policías nacionales, esposado, con anteojos negros y una tira adhesiva que le cubría una fuerte contusión en la cabeza, el maquinista estuvo esperando que el juez conversara con sus abogados a quienes entregó copia del nutrido atestado policial sobre el estrago que costó la vida a 79 personas. Los letrados revisaron el documento durante media hora y luego comenzó la declaración del maquinista. La policía detuvo a Garzón Amo por presunto delito de homicidios por imprudencia pero la imputación sobre esas 79 muertes solo la puede efectuar el juez o pedirla primero el fiscal aunque es el magistrado quien decide en último término. Un testimonio de gran importancia, que sin duda el juez tendrá muy en cuenta es del vecino Evaristo Iglesias, quien socorrió a Garzón Amo cuando estaba en la cabina de conducción del tren Avia, atrapado entre hierros retorcidos. El maquinista le confesó que iba demasiado rápido y no consiguió frenar a tiempo. "Decía que tenía que frenar a 80 y que no pudo, que venía rápido", dijo el vecino. "Me seguía diciendo: ‘Me quiero morir, me quiero morir, no quiero ver esto, no quiero ver esto'. Eso es algo que no paraba de decir, que no quería ver aquello", añadió Iglesias. Con la muerte de una ciudadana norteamericana, el número de fallecidos ha aumentado a 79. (Clarín)