21/05/13
LAS QUEJAS DE RANDAZZO QUE ROZAN A LA PRESIDENTA
Muy alterado y enojado se lo vio al ministro de Interior y Transporte, Aníbal Florencio Randazzo en la última semana. Esta vez el tema que lo sacó de sus carrilles se originó otra vez en el sector ferroviario.
Randazzo quedó muy molesto por la polémica sobre la diferencia de precios que hubo entre la Nación y la Ciudad de Buenos Aires a la hora de comprar los mismos coches de subtes para la línea A.
En la última licitación internacional que hizo para adquirir nuevos coches de subtes, la empresa estatal porteña SBASE dejó al descubierto que la Nación pagó un 42% más por el mismo tipo de vehículo al grupo chino CITIC.
Los 45 coches de la línea A que había comprado el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime en 2008 terminaron costando a razón de US$ 2,5 millones cada uno. En cambio, los que acaba de preadjudicar el gobierno de Macri al mismo proveedor chino costarán US$ 1,74 millones cada uno.
Cuando los medios reflejaron esta llamativa diferencia, señalando que el actual ministro fue el que recibió y mostró los coches sin decir una palabra del precio, Randazzo puso el grito en el cielo porque apareció “pegado” a la polémica operación de Jaime.
El titular de Transporte no quiere que lo relacionen para nada con Jaime, ni con su colega de Planificación, Julio De Vido y a todos los que pasan por su despacho les aclara que su gestión es distinta a las anteriores y que no paga sobreprecios.
Más allá del esfuerzo y las explicaciones que da para despegarse de Jaime, hay un dato clave que Randazzo parece que no está teniendo en cuenta y que, según parece, habría generado cierto malestar en la Casa Rosada.
El contrato del año 2008 que había gestionado y cerrado el ex secretario de Transporte con el grupo chino para la compra de los coches del subte A fue avalado—nada más, ni nada menos—que por la actual presidenta Cristina Kirchner, quien en última instancia es tanto o más responsable de haber pagado un precio más caro que el propio Jaime.