20/12/10
EL “BUCHON” DE SCHIAVI Y UNA NOVELA QUE NO FUE
¿Qué sucede cuando se juntan un funcionario “buchón” y un periodista malintencionado de un medio oficialista?
El resultado es una fallida campaña de prensa que pone en evidencia, una vez más, el reprochable proceder que tiene el Gobierno a la hora de generar confusión.
Eso fue que lo sucedió en los últimos tres días con el accionar que desplegaron el Secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi y el conductor del diario “K” Tiempo Argentino, Roberto Caballero.
El jueves 16 de diciembre, el titular de Transporte y sucesor del procesado Ricardo Jaime, salió a difundir una temeraria versión acerca de que la empresa Ferrobaires estaba “sobrevendiendo” los pasajes a Mar del Plata para los servicios que habían sido programados para el lunes 20 de diciembre.
Junto con esa infundada versión, Schiavi dio a conocer el contenido de una carta remitida al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli en la cual le solicita que Ferrobaires proceda a desalojar parte de las oficinas de la estación Plaza Constitución que viene utilizando para sus tareas operativas desde 1993.
Para justificar el insólito e incomprensible pedido de desalojo, Schiavi sostuvo que debía proteger a los miles de usuarios que pasan diariamente por Constitución y resguardar los bienes del Estado que fueron otorgados en concesión a la provincia.
Con esos elementos que le proporcionó Schiavi en su nuevo rol de “informante”, el director del diario oficialista Tiempo Argentino, Roberto Caballero publicó una deplorable nota con su firma en la cual deslizó la puesta en marcha de una supuesta conspiración y maniobra de caos para perjudicar al gobierno nacional.
Según la afiebrada mente de Caballero, las autoridades y los empleados de Ferrobaires se habían complotado por orden del ex presidente, Eduardo Duhalde con el fin de generar una situación de caos el día 20 en la estación Constitución con la sobreventa de boletos que iba a derivar en una violenta protesta de los usuarios afectados.
De acuerdo con el inverosímil relato de Caballero, el descontrol que se iba a registrar en Constitución por la reventa de pasajes sería cubierto por los canales de televisión en el mismo momento en que Eduardo Duhalde lanzaba su candidatura presidencial prometiendo mano dura para restaurar el orden.
La realidad se encargó de demostrar que nada de esa increíble película que salió a vender Schiavi se concretó.
Los trenes a Mar del Plata corrieron con normalidad, no hubo reclamos por sobreventa de pasajes y el supuesto “caos y desorden” que había anticipado el medio oficialista nunca tuvo lugar.
Lo que deja este lamentable episodio es que desde el gobierno nacional hay quienes se dedican a orquestar campañas y operaciones políticas para perjudicar a candidatos opositores y empresas que no controlan.
El papel de “buchón” desempeñado por Schiavi y la evidente “real malicia” que tuvo Caballero-- al publicar la nota sin chequear la veracidad de la información y lo que es más grave no haber dado a conocer después el comunicado de Ferrobaires que desmintió por completo la denuncia de sobreventa de pasajes—vuelven a poner de manifiesto que el Gobierno, lejos de solucionar los problemas de la gente, ha optado por embarrar la cancha a cualquier costo y llevar adelante maniobras deleznables para mantenerse en el poder.
En lugar de enlodar a los trabajadores de Ferrobaires y al ex presidente Eduardo Duhalde; el secretario de Transporte debería explicarle a la gente y a la opinión pública por qué, entre otras irregularidades de su gestión, mantiene en pie el contrato de compra de locomotoras y trenes usados a España que había firmado su antecesor Ricardo Jaime y por el cual el ex asesor kirchnerista Manuel Vázquez reconoció haber cobrado coimas millonarias por esa operación.