06/04/16

 

Jaime también vendió los trenes españoles en Salta

 

 

El ferrocarril es una necesidad vital; la carencia de un proyecto serio dio lugar a la fantasía de un servicio urbano.

 

La dupla que hasta febrero circulaba en Salta, y que nunca llegó a convertirse en tren urbano, es una de las 160 unidades adquiridas por Julio De Vido y Ricardo Jaime por cien millones de euros. 
La que nos tocó en suerte no es chatarra propiamente dicha, aunque había sido retirada del servicio por FEVE (Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha) que presta servicios entre las comunidades autónomas La Coruña, Lugo, Asturias, Cantabria, País Vasco y Castilla y León. Esa empresa decidió modernizar su parque y el rezago fue vendido a la Argentina. 
En abril de 2009, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi entregaron la dupla a Juan Manuel Urtubey y Miguel Isa. Nunca se informó si todo el costo estuvo a cargo del Gobierno nacional, que teóricamente controla el sistema. Ese día, Jaime auguró una "revolución ferroviaria", y aseguró que el tren estaba en condiciones de comenzar a circular en el acto. En total llegaron de España seis vagones motorizados, de los cuales uno vino a Salta, otro a Tucumán y un tercero a Chaco. Los tres restantes fueron al conurbano. 
A los festejos por "la revolución ferroviaria salteña" se sumó -en plena campaña- la entonces presidenta Cristina Fernández y el ministro De Vido, quienes vinieron a Salta el 18 de junio de 2009 para un acto con teleconferencia incluida. 
Allí se informó que era inminente la llegada de otra dupla similar y nuevas formaciones arribarían en pocos meses; en pocas semanas, el tren comenzaría a circular entre Cerrillos y la Universidad Católica. Para eso se iban a construir siete estaciones, que incluían bicisendas, por valor de $50 millones; se modificarían todos los recorridos de Saeta, para complementar los servicios. 
Algunos cálculos no cerraban: las unidades, con capacidad para 120 pasajeros, tardarían una hora en llegar de punto a punto, por lo cual si se aspiraba a una prestación razonable hubieran hecho falta una docena de duplas. 
Sin pérdida de tiempo crearon la Unidad Ferro Urbanística de Salta (UFUS), la Unidad Ejecutiva del Tren Urbano de Salta (Tursa), a cargo de Gabriel Roberts, la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF) y la Unidad de Proyectos Ferroviarios.
La UFUS quedó conformada por el vice de la Administración de Infraestructura Ferroviaria, José Villafañe, la vicepresidencia a cargo de la Presidencia de la Operadora Ferroviaria SE, Alba Thomas Hatti, y el coordinador de la Unidad Ejecutiva del Tren Urbano de Salta (Tursa), Raúl Kalinsky.
A pesar de tanta iniciativa, el tren comprado por Jaime solo hizo viajes de prueba entre Cerrillos y Salta.
Tiempo después fue afectado a unir Salta y Güemes a un precio cinco veces más barato que el boleto de ómnibus ($7 contra $35). Tuvo muy buena respuesta de los usuarios, como era de esperar, aunque los comunicados oficiales exageraban un poco. Con cuatro viajes de ida y vuelta, suponiendo que la dupla viajara repleta, se trasladarían 960 pasajeros, pero se informaba un promedio de 1.800. En febrero, el vagón motorizado chocó con un ómnibus y una camioneta y quedó fuera de servicio. El actual coordinador de la Unidad de Proyectos Ferroviarios (UPF), Marcelo Lazarte, prometió restablecer la circulación lo antes posible.
Los trenes son imprescindibles para Salta pero no funcionan porque el Estado nacional no contempla (hasta ahora) al ferrocarril como medio de transporte estratégico. Ocurre con el tren urbano salteño, que no pasa de una sucesión de improvisaciones en una provincia con viva historia ferroviaria. 
También con el Tren a las Nubes, estatizado hace 21 meses y que desde entonces nunca funcionó con regularidad. La razón es simple: el mantenimiento de las vías no se puede hacer con cooperativas integradas por inexpertos.
Pero lo grave de todas estas fantasías que sobrevuelan a las corruptelas es que el proyecto del Ferrocarril Belgrano como transporte de cargas no termina de materializarse. 
Para el NOA y el NEA, la diferencia entre el tren de carga y el camión es del 40% en el costo de llevar la producción a los grandes centros y a los puertos. Hasta ahora, nada fue más allá de los espejitos de colores.

 

El escándalo

 

Jaime está preso y De Vido fue citado a declarar por la compra a España de trenes en desuso -chatarra, en muchos casos-, por 100 millones de euros. (El Tribuno)

 


Última actualización Miércoles 06-Abr-2016 ---- info@puntaderieles.com.ar / info_punta_de_rieles@yahoo.com.ar