01/08/14

 

La fiesta del subsidio: sólo dos de cada $ 100 que sostienen los trenes vienen del boleto

 

La venta de pasajes, principal ingreso de la operación, tiene cada vez menos relevancia.

La línea Sarmiento, aquella de la tragedia y ésta, que es la principal herramienta de campaña del ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, tiene cada día más dependencia del dinero público.

En mayo, último mes del que se tiene registro actualizado, arrojó una cifra impactante: de cada 100 pesos que utilizó para que corran los trenes, sólo dos surgieron de la recaudación de boletos. La venta de pasajes, principal ingreso de la operación, tiene cada vez menos relevancia: hace dos años, las boleterías aportaban a la cuenta 12 pesos.

Según datos que elabora y publica el Ministerio del Interior y Transporte, en mayo se subieron al tren 1,66 millones de pasajeros, que dejaron en las boleterías 2,15 millones de pesos. En ese mes, el Gobierno destinó 97.333.757 pesos que llegaron como subsidios a la administradora estatal para que funcionen los ferrocarriles.

El nivel a que ha llegado el ramal es alarmante, al punto de que por cada uno de los pasajeros que pagan boleto el Estado aporta 58 pesos. Pero esto no es todo. Desde hace dos años, y para bajar la cantidad de pasajeros que se apiñaban en el ramal, el Gobierno colocó colectivos que circulan en forma paralela a la vía. Allí la mayoría de las veces no se paga boleto y esos colectivos también reciben subsidio estatal.

Con el paso de los años y la estatización del ramal, la recaudación ha dejado de ser un ingreso importante respecto del gasto. Cuando Trenes de Buenos Aires (TBA) dejó de ser concesionaria, a fines de mayo de 2012, el Estado entregaba alrededor de 70 millones de pesos por mes a la empresa, mientras que en ese mismo tiempo se recaudaban siete millones de pesos por mes.

Desde hace años, en el ramal se tornó una costumbre no pagar por el viaje. Algo similar ocurre en el ferrocarril Mitre, concesión que le fue quitada a TBA en febrero de 2002, donde tampoco se paga la tarifa por el viaje.

Según la Comisión Nacional de la Regulación del Transporte (CNRT) los boletos vendidos se derrumbaron en los últimos siete años. En junio de 2007, las boleterías de la línea que une la estación Once con Moreno, ahora estrella de la revolución ferroviaria, despacharon 9,7 millones de boletos. Pero aquella cifra parece ser un objetivo lejano. Desde la gestión estatal, la recaudación se derrumbó. En junio de 2012, sólo tres meses después de la tragedia de Once, esa cifra cayó 63 por ciento y terminó en 3,68 millones. Pero todo siguió para abajo. En el mismo mes del año pasado la cifra era menos de 10 veces menos que aquella de 2007: sólo se despacharon 742.199 pasajes.

"Es uno de los temas que tenemos que trabajar. Ahora hemos colocado molinetes para que se pueda cobrar con la tarjeta SUBE [Sistema Único de Boleto Electrónico]. Pero la verdad es que hay una alta tasa de viajes gratis", dijo una fuente del ministerio. El funcionario se refería al aumento que se registró de mayo a junio, cuando la venta de pasajes pasó de 1,9 a 2,8 millones.

La SUBE y la puesta en valor de muchos accesos a las estaciones, hoy sin control de ingreso ni de egreso, son las apuestas para revertir la caída y volver a imponer la costumbre de que se pague por el servicio.

El ferrocarril Sarmiento se ha convertido en el ícono de la renovación ferroviaria que el Gobierno puso en marcha después de que murieron 51 personas en la tragedia de Once. La semana pasada, las primeras unidades compradas a China fueron puestas en funcionamiento en el ramal. Siete de un total de 25 unidades 0 kilómetro, con frenos ABS y aire acondicionado, como se encarga de aclarar el Gobierno, iniciaron los viajes en el ramal al que ya se le han renovado las vías. Esta semana se sumaron tres más y, según los cálculos oficiales, a mediados de septiembre se cambiaría la totalidad de las formaciones.

La composición de los gastos del ramal Sarmiento, al igual que todos los otros ferrocarriles, tiene un fuerte peso del gasto en personal, tal es el ítem según la clasificación del Ministerio de Trabajo. El 65,78% de lo que el Estado aporta como subsidios por mes termina en sueldo de los empleados. Según fuentes oficiales, la plantilla del Sarmiento es de 2599 empleados y requieren alrededor de 64 millones de pesos por mes.

En los primeros cinco meses del año, el Estado nacional le envió al ferrocarril Sarmiento 435 millones de pesos, la mitad de lo que se utilizó en todo 2013, cuando se enviaron a la cuenta del mismo ramal 876 millones de pesos.

Las cuentas y la dependencia estatal no paran de crecer. Hace dos años, el cheque que se hacía mes tras mes sumaba 508 millones de pesos por año. Una cifra inferior a la que hoy se destina en un semestre. (La Nación)


 

 

 


Última actualización Viernes 01-Ago-2014 ---- info@puntaderieles.com.ar / info_punta_de_rieles@yahoo.com.ar