24/02/14

 

Dos años de medidas que no se tradujeron en un mejor servicio

 

El gobierno impulsó cambios que fueron insuficientes; prometen mejoras desde junio

   

En los dos años que pasaron desde la tragedia de Once, la línea Sarmiento recibió inversiones en infraestructura y capacitación del personal. Pero esas medidas no han logrado aún que los pasajeros viajen mejor.

Trenes sucios y deteriorados, traslados entre estaciones que demandan más tiempo que antes del accidente y hacinamiento a bordo son las principales irregularidades denunciadas por los pasajeros y admitidas por las autoridades.

El ministro Florencio Randazzo, quien asumió la conducción de las políticas de transporte seis meses después de la tragedia, aseguró que todo cambiará en junio próximo, cuando la línea Sarmiento cuente con 225 coches 0 km comprados a un fabricante chino en tiempo récord. Los coches reemplazarán a los actuales, de más de 50 años de antigüedad, y duplicarán la flota.

Para el primer trimestre de 2015, Randazzo indicó que habrán sido renovadas las flotas de las líneas Mitre (180 coches), Roca (300 coches), San Martín y Belgrano Sur, con coches de China South Railway (CSR).

"Con las nuevas formaciones, habrá un notorio salto en la calidad del servicio. Hasta el momento, de todos modos, hemos realizado una serie de tareas y decidido medidas que permiten un mejor control de los trenes", dijo el funcionario a LA NACION.

Los usuarios no comparten ese optimismo. "Hay demoras siempre, paran en la mitad del recorrido y te piden que te bajes y cambies de tren. Cada vez se tarda más en llegar a destino. Es insoportable", señaló Roxana Leira, estudiante que todos los días viaja desde Moreno hasta Capital. "El tren siempre va lleno, llega tarde, para en la mitad y va a paso de tortuga. Una se cansa", apuntó Elvira Gálvez, una jubilada que utiliza el tren Sarmiento desde hace dos décadas.

Tras las 51 muertes en Once, el Gobierno introdujo modificaciones en el servicio, que alcanzaron a la infraestructura, el personal y la administración de la línea. Primero, el concesionario privado del ramal (TBA, cuyos directivos fueron procesados por la Justicia) fue intervenido y desplazado de la operación. Originalmente reemplazado por una unidad operativa integrada por Metrovías y Ferrovías, desde hace cinco meses quedó en manos del Estado.

Cuando la operación estaba concesionada, el Estado conservaba la potestad sobre el mantenimiento de la flota y la infraestructura, y entregaba subsidios a la tarifa. Fueron años de desinversión, antes y durante el gobierno kirchnerista, que se tradujeron en una red abandonada y con servicios caóticos e inseguros.

Las muertes de Once marcaron un punto de inflexión. "Nosotros veníamos anunciando la inminencia de un Cromagnon ferroviario por la falta de mantenimiento. La tragedia fue previsible. El esquema de privatizaciones que inició Menem y mantuvo el kirchnerismo sólo sirvió para enriquecer a empresarios, funcionarios y dirigentes sindicales", recordó Rubén Sobrero, delegado de los trabajadores de la línea Sarmiento.

Sobrero reconoce el actual esfuerzo estatal por imponer seguridad en el servicio, aunque en su opinión llegó tarde.

Entre esos esfuerzos figura el recambio integral de las vías, ya terminado en el Sarmiento. En esa línea, también está en proceso la colocación del sistema de paratrén, tanto en los coches (los 0 km ya lo incluyen) como en las vías; esos dispositivos frenan automáticamente las formaciones si hay un exceso de velocidad o no se respeta un semáforo. Los trenes fueron, asimismo, dotados de GPS.

El arreglo de 16 pasos a nivel, ya finalizado, en la traza que une Once con Moreno y la construcción de cinco bajo niveles (en Moreno, Merlo, Morón, Ituzaingó y Ramos Mejía), en ejecución, suman factores para evitar futuros accidentes.

En los próximos días, el lanzamiento de un centro de monitoreo para controlar el movimiento de los convoyes desde pantallas centralizadas permitirá alertar sobre posibles riesgos. LA NACION pudo ver en el despacho del ministro Randazzo la transmisión en tiempo real de la cantidad de formaciones en circulación, georreferenciadas y con datos sobre la velocidad; ese esquema se traspasará al centro de monitoreo.

Otra medida adoptada por el Ministerio de Transporte consiste en profundizar la formación y la supervisión de los trabajadores, sobre todo de los motormen, luego de que su desempeño quedara bajo la lupa por el procesamiento de Daniel López y de Julio Benítez en relación con los accidentes de Castelar y Once.

Ahora, los motormen rinden exámenes psicofísicos anuales en el mismo centro médico que examina a los pilotos de avión. Cada día, antes de empezar a trabajar, son sometidos a mediciones de presencia de alcohol o drogas, frecuencia cardíaca y atención. Pronto, anunció Randazzo, llegarán seis simuladores ferroviarios que enfrentarán a los conductores a situaciones críticas. (La Nación)


 

 

 


Última actualización Lunes 24-Feb-2014 ---- info@puntaderieles.com.ar / info_punta_de_rieles@yahoo.com.ar