26/04/12

 

En el subte hay una protesta gremial cada nueve días hábiles

 

Las estadísticas confirman lo que los 1,4 millones de pasajeros que viajan diariamente en la red de subtes a simple vista perciben, a veces para su perjuicio y otras, para su beneficio. Un día por cada nueve hábiles ocurre al menos un conflicto gremial -en algunas jornadas se superponen más- que altera la vida bajo tierra en los andenes. Puede ser un paro, una invasión de vías, una apertura de molinetes o la negativa a recargar la tarjeta SUBE.  Entre esas medidas de fuerza, en su mayoría impulsadas por la Asociación de los Trabajadores del Subte y Premetro (Agtsyp), transcurrieron 30 de las 286 jornadas hábiles entre el 31 de marzo de 2011 y ayer, según un informe de la empresa Metrovías.  La de ayer fue un ejemplo; la de hoy también lo será. Con apertura de molinetes y paralización de las seis líneas, los delegados de la Agtsyp reclaman poder participar en las paritarias del sector. Hoy, acude la Unión Tranviarios Automotor (UTA).  Este último es el gremio histórico que agrupa a ocho categorías de trabajadores: peón, auxiliar de estaciones, boletero, guarda, conductor, maniobrista, oficial de mantenimiento de formaciones y oficial de mantenimiento de instalaciones. De él se escindió la Agtsyp, que representa a los mismos empleados; ya cuenta con la inscripción gremial pero todavía no obtuvo la personería gremial que habilita a participar de paritarias.   A estos sindicatos se suma la Asociación de Personal de Supervisión de la Empresa Subterráneos de Buenos Aires, que agrupa a los jefes de aquellas ocho categorías. Fueron éstos los que interrumpieron anteayer la línea D en reclamo por el cambio de horario de un afiliado.  Es que, como se dijo, los conflictos se dirimen en los túneles y toman por rehenes a los usuarios. De los 38 episodios registrados en las 30 jornadas con inconvenientes durante el último año, casi el 40% fueron paros principalmente motivados por la suba de tarifas de enero pasado. En rigor, enero de 2012 fue el mes de mayor conflictividad de todo el período analizado en el informe.  En segundo lugar aparece el mes en curso, a la sombra de las paritarias que, además, están teñidas por la disputa entre la Casa Rosada y Mauricio Macri por el manejo del subte: el Ministerio de Trabajo de la Nación convoca al gobierno porteño a las reuniones y éste no acude.  "Estamos en medio de una lucha entre dos que no se hacen cargo de nada. Nadie se preocupa por el usuario, que es el único perjudicado", se indignó Marisa, de 40 años, que viaja desde el microcentro hasta Villa Urquiza en la línea B en poco más de 20 minutos y demora el triple si lo hace en otro medio.  Anunciada o sorpresiva, la interrupción del servicio molesta. "Al menos cuando avisan puedo organizarme. Siento bronca porque uno también tiene un trabajo con problemas propios y horarios que cumplir. Entiendo que tengan que reclamar pero no me parece justo este modo", dijo María Eugenia Castro, de 32 años, usuaria de la línea D.  "Hacen lo que quieren y rebota en la gente. Habrá que preguntar a los gobernantes qué es lo que hacen y a los sindicalistas que se adueñan de los medios de transporte", dijo Eduardo, un abogado de 50 años, pasajero frecuente de la red.  En tanto, más de la mitad de las 38 medidas de fuerza fueron aperturas de molinetes, con las que se beneficia a los usuarios y se perjudica la recaudación del sistema.  En tercer lugar en cantidad aparece la decisión de no recargar la tarjeta SUBE en agosto y septiembre de 2011, en protesta por la ubicación de la lectora y las supuestas consecuencias sobre la salud de los boleteros. "Ya nadie se queja por la tendinitis y los dispositivos siguen en el mismo lugar. Fue todo un verso. Tampoco veo a ningún empleado vendado", ironizó Ezequiel Luna, que viaja en la línea C. (La Nación)

 

 

 


Última actualización Jueves 26-Abr-2012 ---- info@puntaderieles.com.ar / info_punta_de_rieles@yahoo.com.ar